Con los nuevos tiempos, en los que en buena parte la actividad presencial se ha ido sustituyendo por la virtual, las necesidades tecnológicas han aumentado. Y una de esas necesidades supone la autenticación de nuestra identidad ante organismos oficiales, así como la firma de documentos electrónicamente. De esta forma, términos como la “firma electrónica”, la “firma digital”, los “certificados digitales” o “electrónicos”, o el “DNIe”, se han convertido en casi imprescindibles, aunque ya estuvieran en uso hace mucho tiempo.
Como ya sabemos, y muchos ya utilizan, los certificados digitales nos sirven para acceder por Internet a numerosos sitios oficiales para realizar todo tipo de trámites. Dichos certificados, generalmente expedidos por la FNMT (Fábrica Nacional de Moneda y Timbre), debemos descargarlos en nuestros dispositivos para poder utilizarlos. Pueden obtenerlos tanto particulares como empresas. También podemos utilizar nuestro DNIe (DNI electrónico) para realizar dichas operaciones. Junto con dicho documento deberemos tener un PIN y utilizar un dispositivo especial para leerlo, o bien utilizar móviles con conexión inalámbrica NFC. Por desgracia, la utilización del DNIe no está suficientemente extendida y pocos ciudadanos lo usan, generalmente por desconocimiento de sus prestaciones y por cierta complejidad en su utilización.
Una de las operaciones que actualmente ha incrementado su uso es la firma digital de documentos. Aunque ya se utilizaba anteriormente, no era muy habitual su uso, generalmente por desconocimiento tecnológico. Pero con la irrupción de la COVID-19 se ha hecho necesaria y obligatoria en muchos casos para evitar los trámites presenciales.
La mecánica para realizar dicha firma es la siguiente: en primer lugar, deberemos tener instalado algún certificado electrónico reconocido o el DNIe; seguidamente utilizaremos la aplicación de escritorio “Autofirma”. Con ella cargaremos el archivo que queremos firmar, normalmente en PDF. Y una vez cargado, nos pedirá si deseamos que aparezca el texto de la firma o no. Si elegimos que sí, nos dará la opción de ponerlo en el lugar que queramos, su tamaño, etc. También en su momento nos pedirá qué certificado digital queremos utilizar, si tenemos más de uno. Una vez realizado el proceso guardaremos el documento y nos dará la opción de visualizarlo con la firma.
También a través de Autofirma podemos acceder a la verificación de un documento firmado, para saber si es correcto. Recordemos que la firma no se refiere a ese pequeño texto que se añade al documento con el nombre, la fecha y el tipo de certificado utilizado, sino a un conjunto de datos que se añaden al archivo y que no son visibles.
Por lo tanto, hoy en día es conveniente tener algún sistema de autentificación de nuestra identidad de forma digital, pues ello nos facilitará en gran medida realizar numerosos trámites de forma virtual, así como firmar documentos de una manera cómoda, rápida y segura.