FÁBULA
DAVID MATEO CANO
Existía un pastor que únicamente se movía por intereses personales y que tenía un gran rebaño de ovejas, el cual le seguía incondicionalmente y él se aprovechaba de ello, utilizándolo a su antojo para sacarle el mayor rendimiento posible sin importarle lo más mínimo la suerte que pudiera correr.
En ocasiones obligaba a sus ovejas a comer hierba en mal estado, aun a riesgo de su salud, por la sencilla razón de que había conseguido esa hierba mucho más barata y así él podía permitirse otra serie de lujos más mundanos. También las instaba a aparearse, no con la pareja que habían elegido por lazos sentimentales, sino con la que él estimaba más oportuna, puesto que así conseguía obtener corderos de determinadas características que se los pagarían mejor a la hora de venderlos. No contento con todas estas salvajadas, también incitaba en muchas ocasiones a la totalidad de su rebaño a pelearse encarnecidamente por la comida, racionando ésta de tal manera que solo hubiese para unas pocas ovejas. De este modo lo que conseguía es que las que comiesen menos se desnutrieran y se les agriara la leche, consiguiendo con ello un queso más fuerte por el que obtenía un mejor precio en el mercado. La mayor de las crueldades, sin embargo, consistía en que cuando tenía superpoblación y sabía que no podía vender a todas las ovejas, para no tener que mantenerlas, las guiaba hacia un barranco obligándolas a tirarse por él, muriendo de esta forma cruelmente después de fuertes sufrimientos y siendo pasto de las alimañas.
MORALEJA: Esta historia tan cruel, pero a la vez tan frecuente hoy en día, nos viene a recordar el mezquino papel que llevan a cabo la mayoría de las televisiones nacionales, quienes siempre están al servicio de sus propios intereses, sacrificando sin piedad alguna a los más indefensos, porque rara vez veremos que digan o hagan nada en contra de las hidroeléctricas, ni de las empresas de telefonía, ni de las petroleras, ni de las empresas de gas, ni de cualquier otra gran multinacional, aunque atenten contra los derechos de los ciudadanos, ya que lo único que prima para estas televisiones son las fuertes sumas de dinero que consiguen en publicidad de este tipo de empresas, dando por bueno todo tipo de comportamientos que lleven a cabo por deshonestos que éstos sean.