LA ENFERMEDAD DE PARKINSONParkinson
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero.
Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria. Máster Medicina de Urgencias y Emergencias. Experto Universitario en Nutrición y Dietética.
Esta enfermedad fue presentada en 1818 por primera vez por el Dr. James Parkinson, quien la describió como una “movilidad involuntaria temblorosa” que resulta especialmente frecuente a partir de los 50 años de edad. Pertenece al grupo de enfermedades de los trastornos del movimiento, que son debidos a una afectación del área cerebral que está relacionada con el control del mismo, por lo que es muy común su manifestación en forma de temblores y rigideces musculares.
Es una enfermedad crónica degenerativa, lo cual significa que los síntomas se mantienen a lo largo del tiempo y puede empeorar de modo progresivo, y que genera una alteración de los movimientos, así como del tono postural. Hasta el momento actual, se conocen ciertos aspectos relacionados con su origen en la degeneración de la estructura cerebral del control del tono motor.
Se debe consultar con el médico cuando aparece algún temblor en reposo que dificulta de modo importante coger algún objeto con las manos, así como también al presentar algún problema de mover las piernas en el momento de iniciar la marcha al caminar y rigideces musculares que se repiten a diario en distintas partes del cuerpo. Éstos pueden ser algunos signos de primera sospecha clínica, aunque no debe suponer una alarma desde el inicio, puesto que existen otros tipos de temblores que pueden ser normales dentro de nuestra evolución fisiológica hacia edades avanzadas.
Durante un examen físico, el médico puede determinar si el temblor se produce durante la acción o el reposo. El médico también puede evaluar cualquier pérdida sensorial, debilidad o atrofia muscular y disminución de los reflejos. Los análisis de sangre y orina pueden detectar en otras circunstancias si existe alguna disfunción de tiroides, así como de otras posibles causas metabólicas que puedan causar el temblor. En otras ocasiones algunos fármacos pueden causar o agravar los síntomas. El médico evaluará en cada caso si el temblor puede ser indicativo de una enfermedad importante.
En tan solo una parte de los casos puede ser necesaria una valoración más especializada, con pruebas complementarias que descarten otras enfermedades subyacentes. En caso de presentarse la enfermedad de Parkinson, puede ser necesario un seguimiento más estrecho con un tratamiento en forma de comprimidos por vía oral. En otras ocasiones, si la afectación es muy avanzada, incapacitante para las tareas habituales, y solo en casos extremos, se puede llegar a plantear una intervención en el área de la neurocirugía para mejorar el control de síntomas y la calidad de vida del paciente.