Heródoto nació en Halicarnaso (hoy Bodrum, Turquía), de donde estuvo exiliado hacia el 457 a. C. por conspirador contra Persia. Hijo de Lyxes y Dryo, y hermano de Teodoro. Los padres de Heródoto eran, por consiguiente, súbditos del Imperio persa, pero en sus venas circulaba sangre griega, y pertenecían a la aristocracia de Halicarnaso.
Cuando todavía era un niño, y con motivo de una revuelta contra Ligdamis en la que murió Paniasis, tío del futuro historiador, la familia de Heródoto hubo de abandonar su patria y dirigirse a Samos. Allí pudo Heródoto tener un contacto más estrecho con el mundo cultural jonio. Regresó a su ciudad natal con el propósito de participar en el derrocamiento de Ligdamis.
Dedicó parte de su vida a efectuar viajes para obtener la información y los materiales que le permitieron escribir una obra de gran valor histórico y literario. Viajó por Asia Menor, Babilonia, Egipto y Grecia. Llegó a Atenas y consiguió la admiración de personajes destacados como el político ateniense Pericles. Heródoto es considerado por muchos de los historiadores actuales como el padre de la disciplina histórica.
Heródoto, a pesar de la marcada influencia de Homero, el narrador de la primera gran obra de la escritura griega, la Ilíada, adoptó un estilo diferente en su forma de escribir al plasmar los eventos en forma de prosa en lugar de verso.
Dedicó su vida a completar su gran obra, conocida como Historias. La obra está basada en la recopilación de tradiciones orales y escritas y en la versión directa de los hechos. Los estudiosos de Historias la dividieron en nueve libros, por su editor alejandrino del siglo III o II a. C., uno por cada musa: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope.
El mundo de Heródoto, tal como él lo percibe, se encuentra dividido entre Occidente (Grecia) y Oriente (Persia). Ambos viven en una situación de equilibrio que se romperá con el inicio de las Guerras Médicas. En la primera parte de su obra, sus cinco primeros volúmenes, trata sobre la expansión del Imperio persa y el marco histórico de las ciudades griegas, especialmente Esparta y Atenas. La segunda parte, más extensa, nos cuenta el desarrollo de las Guerras Médicas.
También los romanos se rindieron ante la figura de Heródoto: fue Cicerón (político, filósofo, escritor y orador romano) quien lo llamó “el padre de la historia”. Muchos historiadores romanos se sirvieron de él como fuente, y abundan las citas sacadas de las Historias.
En la Antigüedad, las obras se conservaban en rollos de papiro. El texto de las obras se distribuía en varios rollos, de longitud más o menos similar, y teniendo en cuenta su división por capítulos, pero no coincidía con la separación temática original. La tendencia era armar rollos de 6 o 7 metros, que formasen un cilindro de unos 5 cm de diámetro, cómodos para llevar en la mano.
Heródoto murió en Turios en el 425 a.C. Desaparecida bajo una capa aluvial, se había perdido todo recuerdo de la ciudad.
NARCISO CASAS
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