FORO SOBRE VIOLENCIAS URBANAS
La declaración institucional final fija un plazo de dos años para alumbrar la Agenda Local sobre esta cuestión
PRENSA AYTO.
Tras dos días de agenda intensa, el Foro Mundial sobre Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz cerraba el 21 de abril su primera edición con vocación de continuidad. El Compromiso de Madrid Ciudades de Paz, la declaración institucional final, establece la creación de una Secretaría Técnica Internacional para hacer que este encuentro “siga vivo, formando parte de la agenda internacional de las ciudades”. El documento marca un plazo de dos años para contar con una Agenda Local sobre Violencias Urbanas y Educación. La respuesta de los participantes lo avala: 3.500 personas de cerca de 70 países.
Manuela Carmena ha clausurado la cita, acompañada por Rebeca Grynspan, secretaria general iberoamericana; Luis Revilla, alcalde de La Paz; y Emilia Sáiz, secretaria adjunta de la Red Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales y Regionales Unidos. El documento final recoge el espíritu que impulsó la creación del foro, resume lo que ha dado de sí el encuentro y fija los compromisos que los Gobiernos locales y las organizaciones de la sociedad civil asumen tras el mismo. En ese decálogo, el primer lugar lo ocupa la defensa de la paz, exhortando a los Gobiernos a estrechar la colaboración con los entes locales para fomentar “la supervisión y el cumplimiento de los tratados internacionales, las leyes y otros mecanismos para proteger los derechos humanos”.
La lucha contra la corrupción es otro de los elementos clave para la convivencia pacífica. El compromiso reclama “mecanismos de control ciudadano y transparencia en la gestión local” para erradicar esa “lacra social”, que socava la democracia, “carcome el Estado de Derecho y en el terreno social destruye valores éticos y espirituales como la solidaridad y la justicia”. El resto de los compromisos recogen la necesidad de fomentar iniciativas que den respuesta a las distintas caras de la violencia desde una óptica que quiere alejarse del enfoque simplista de la “persecución y el castigo” y persigue ahondar en las causas.
El fomento de las políticas de equidad e inclusión social y de cuidados se revela imprescindible. Las primeras, porque no es posible acabar con las violencias urbanas “si no ponemos fin a las relaciones de dominio y desigualdad”. En el segundo caso, igualdad de género requiere de políticas de cuidados, unas tareas que “deben ser visibles, universales y socializadas a través de la acción de la comunidad”. La mediación y la concertación social, la promoción de la convivencia, el respeto y la diversidad y el fomento del derecho a la ciudad son el resto de los compromisos asumidos.