La plantilla de la Base de Mantenimiento Integral de Villaverde, después de meses denunciando que Renfe la ha “abandonado a su suerte” y mala gestión de la empresa, decidió ir a la huelga los días 4 y 7 de noviembre con paros de 8:00 a 12:00. La gota que colmó el vaso fue el despido de un trabajador en periodo de prueba, alegando que no tenía el dominio de otro compañero con 40 años de experiencia.
Ayer, en la primera de las dos jornadas de paros y concentraciones en Atocha, secundaba la huelga más del 80% del personal, valorando los sindicatos el seguimiento como todo un éxito. Paralelamente, los representantes de la plantilla han intentado dialogar con la dirección de Renfe, que se ha negado a recibirles alegando que estaban “muy ocupados”. Ante esta negativa, los trabajadores han anunciado que siguen adelante con la huelga del día 7, a la que posiblemente seguirán nuevas movilizaciones, planteándose convocar asimismo al resto de talleres de Madrid e incluso a nivel nacional.
Según nos informan trabajadores de la BMI de Villaverde, el taller fue antaño “un referente en el mantenimiento de material ferroviario”, pero con los años ha sufrido un grave deterioro: “instalaciones en mal estado, con goteras, vestuarios y aseos de hace más de 50 años, maquinaria obsoleta, falta de recambios, una alarmante falta de personal, una excesiva externalización de trabajos y un clima de persecución hacia la plantilla de mano de obra directa, a la que se culpa injustamente de los problemas de producción”, lo que sumado al despido del compañero les ha decidido a plantarse ante la empresa para revertir esta situación.
