Ahora que volvemos de las vacaciones y estamos un tanto tristes por regresar a la rutina, nos conviene empaparnos de buenas noticias. Hace unas semanas y con motivo del cine de verano de Villaverde, se proyectó la película Cafarnaum, de la directora libanesa Nadine Labaki.
Un largometraje con gran carga dramática con un mensaje que despierta conciencias sobre la vulnerabilidad de los refugiados: “No somos invisibles, somos humanos y tenemos los mismos derechos que los demás”. Este compromiso por contar lo que ocurre entre las cuatro paredes de las casas ajenas en Oriente Medio es ya casi sello identitario de Nadine Labaki.
Y ésa es la buena noticia: directoras árabes haciendo películas que abordan los desafíos sociales contemporáneos; con los que no solo se identifica la sociedad civil en Oriente Medio, sino que también nos podemos identificar nosotros. Estas directoras forman parte de una nueva generación que se ha formado en varios países, hablan varios idiomas y son grandes conocedoras de las problemáticas del mundo árabe y también del mundo occidental.
Por nombrar algunas, tenemos las que han formado parte del ciclo Directoras Árabes Contemporáneas que organizó este año Casa Árabe: Annemarie Jacir, Haifaa Al-Mansour, Kawthar Younis, Meryem Benm’ Barek y Amal Ramsis. Vale la pena echarles un vistazo para adentrarnos en la mirada de la mujer árabe, a veces tan lejos de los estereotipos que vemos en las noticias. Y ahora que Yemen está tan de actualidad, no puedo dejar de recomendar a Sara Ishaq y su documental La casa de la morera, intimista visión de la relación de las mujeres de esta generación con su entorno familiar, en un momento tan convulso como el comienzo de una revolución.
Según una investigación de la Universidad Northwestern en Qatar, más de una cuarta parte de las películas independientes realizadas en países árabes de 2011 a 2015 fueron dirigidas por mujeres. Y aunque aún queda un largo camino por recorrer, cada vez son más las mujeres árabes que se ponen tras la cámara para recordarle al mundo que no son invisibles y que tienen mucho que contar.
LAILA MUHARRAM