Los grandes eventos internacionales son una oportunidad para mandar un mensaje al mundo sobre contextos políticos y sociales en los que se sufre persecución, limitación de derechos o amenaza a la propia vida. En esta ocasión, el Mundial de Qatar es en sí mismo el mensaje. El mensaje de que si hay grandes sumas de dinero en juego o intereses geoestratégicos de por medio, se puede hacer “la vista gorda” a la vulneración de derechos de personas LGTBi o a la muerte de miles de migrantes.
Personas migrantes de Bangladesh, India y Nepal han trabajado en la reforma del estadio Jalifa y el ajardinado de las instalaciones deportivas y zonas verdes circundantes que acogen el Mundial. Muchos han sido captados (no se puede decir contratados) por el sistema kafala: vienen “patrocinados” por las empresas contratantes, les confiscan el pasaporte, les obligan a permanecer en el país según convenga, no tienen derecho a la sindicación ni a la protección social y no pueden cambiar de trabajo sin acuerdo previo del empleador. Una forma de esclavitud moderna.
El sistema no es exclusivo de Qatar. Esta explotación laboral está extendida desde el golfo Pérsico hasta Oriente Próximo. En Líbano, el sector que más sufre estos abusos son las trabajadoras domésticas. La mayoría provienen de Etiopía, Sierra Leona, Madagascar, Filipinas. A veces, en los casos más graves, las trabajadoras domésticas, incluyendo niñas, son engañadas para explotarlas sexualmente.
En 2020, el cuerpo de Faustina Tay, de 23 años, fue descubierto en el parking debajo de la casa de sus empleadores tan solo 18 horas después de que mandara un mensaje de socorro a un grupo activista por los derechos de las trabajadoras domésticas. Este tipo de organizaciones, lideradas por ex-trabajadoras del sector, son las únicas entidades que ofrecen asistencia legal. La ley las excluye deliberadamente y los gobernantes en Líbano no tienen ningún interés en cambiar el sistema actual.
Pero volvamos al Golfo. ¿Sabías que la población inmigrante en países como Qatar o Emiratos Árabes Unidos supone el 90% de la fuerza laboral? Básicamente, son ellos los que asumen los puestos de trabajo que la población nacional no quiere desempeñar (y los que hacen avanzar al país). Además, no suelen integrarse en la vida local, suelen vivir en guetos o confinados en las casas de sus empleadores.
Pero de algo ha servido celebrar allí el Mundial. En 2017, se introdujeron tímidos cambios jurídicos para garantizar la protección mínima de los trabajadores migrantes, entre ellos la creación de tribunales laborales, y en 2020 se estableció el salario mínimo y la eliminación del permiso de salida. Además, se ha prohibido trabajar al aire libre en verano en el horario de máximo calor o si la sensación térmica supera los 32 grados.
Sin embargo, las más de 6.500 familias en Bangladesh, Nepal, India, Pakistán y Sri Lanka que han perdido a sus maridos o padres allí no podrán beneficiarse de estos avances. La obtención de este número no ha sido nada fácil porque las autoridades qataríes no reconocen muchos de los fallecimientos como accidentes laborales. Estas cifras han sido recogidas gracias al trabajo de periodistas de The Guardian desde los países de origen.
Para terminar, os decía que los eventos internacionales se utilizan para mandar mensajes. De él se han servido los futbolistas de la selección iraní, que se negaron a cantar el himno del país en protesta por la represión que sufren sus compatriotas. ¡Más valor y valores en el deporte!
LAILA MUHARRAM
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