El ictus es una enfermedad que consiste en la interrupción del flujo sanguíneo a una región del cerebro de modo agudo, es decir, un área del cerebro deja de recibir la circulación sanguínea que le corresponde. Esto puede ocurrir por una obstrucción del flujo por trombo en los vasos sanguíneos (ictus isquémico) o bien por la rotura de un vaso sanguíneo que comienza a sangrar y causa un “derrame” (ictus hemorrágico). Entonces, cuando el flujo de sangre no llega de la manera adecuada hacia las distintas regiones cerebrales, esta falta de vascularización causa una afectación de las funciones cerebrales, que se ve manifestada en los síntomas motores y/o sensitivos; de una manera brusca: por ejemplo, la persona deja de mover una pierna o un brazo del mismo lado del cuerpo, que previamente estaban sanos.
En cualquier caso, el ictus es una enfermedad de presentación repentina, con inicio de los síntomas de modo brusco a una hora determinada del día, y que cursa con presentación de todos los síntomas en un mismo lado del cuerpo (dependiendo de que la región afectada sea en el hemisferio cerebral izquierdo o en el derecho). Habitualmente la manifestación de los síntomas tiene relación con una alteración en el lado contralateral, es decir, del lado contrario de la región cerebral que está dañada.
Los síntomas más comunes de esta enfermedad se manifiestan por la parálisis de algún miembro superior o inferior, desviación de la boca en el lado paralizado, alteraciones en el habla, alteraciones en la marcha, pérdidas de equilibrio, incapacidad para mover o sentir extremidades; en algunas ocasiones puede haber disminución de conciencia llegando al coma.
Es importante en caso de duda consultar con los servicios médicos urgentes. En la evaluación inicial, el médico discrimina algunos de estos signos con otras enfermedades que pueden confundir el diagnóstico, muy importante a tener en cuenta si han sido de aparición brusca, o más bien progresivo a lo largo de varios días. En algunas ocasiones, algunos signos pueden no tener correlación neurológica y ser explicados por otros motivos excluyentes.
El ictus es una causa importante de mortalidad y de discapacidad física en personas adultas en nuestro entorno, en todo el mundo. El estilo de vida, los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo hacen aumentar su incidencia especialmente en los países industrializados y junto con el envejecimiento poblacional. En consecuencia de ello se espera que las cifras aumenten en los próximos años.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero
Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias
Experto Universitario en Nutrición y Dietética