Con casi 11.000 metros de profundidad, la fosa de las Marianas, situada en el Pacífico Occidental y conocida popularmente como “abismo Challenger”, es el punto más hondo que se conoce del océano y, por tanto, uno de los menos explorados debido a las dificultades técnicas que entraña el descenso. Las expediciones que se han llevado a cabo en esta zona de altas presiones han demostrado que es el hogar de numerosas especies de vertebrados.
Los últimos científicos que han podido comprobarlo son los integrantes de la misión Hadal Ecosystem Studies (HADES), a bordo del buque Falkor. Desde este barco del Instituto Oceanográfico Schmidt lanzaron varios vehículos robóticos que han explorado el abismo Challenger a diferentes profundidades, tomando imágenes y recogiendo muestras que subieron a la superficie y que ahora tendrán que analizar. Esta misión científica, que concluyó a finales de diciembre, ha logrado varios récords. El más llamativo, el descubrimiento de una extraña especie de pez baboso que nadaba a profundidades de hasta 8.143 metros. Es la primera vez que se ve un pez a tanta profundidad. Aunque los vehículos robóticos recogieron muestras de algunas especies animales, como el anfípodo (un tipo de crustáceo), de gran tamaño, no capturaron ningún ejemplar del pez que ha batido el récord. También filmaron peces abisales como el macrúrido (también conocido como “pez cola de rata”), con el que se toparon a unos 6.000 metros de profundidad. El equipo de James Cameron (que en 2012 descendió a la fosa de las Marianas en solitario a bordo del vehículo robótico Deepsea Challenger), también los encontró.
Muchos estudios se han centrado en el fondo del abismo Challenger, pero desde un punto de vista ecológico es muy limitado. Es como intentar comprender cómo funciona el ecosistema de una montaña mirando solo la cima. Por ello, su objetivo era investigar tanto la ecología como la geología de esta remota región. Otro de los records que han anunciado es la recogida de las muestras de rocas más profundas, cuyo estudio les permitirá analizar la composición de rocas volcánicas de las primeras erupciones de las islas Marianas. Con esta expedición los investigadores continúan el trabajo realizado por el director de cine y explorador James Cameron, que grabó a numerosas especies que habitan en la profundidad del océano. Según relató el creador de películas como
Abyss, Avatar y Titanic tras convertirse en la primera persona en bajar en solitario al abismo Challenger, lo que encontró fue “un mundo totalmente alienígena”. Antes que él solo lo habían logrado Jacques Piccard y Don Walsh, que fueron los primeros seres humanos en descender, en 1960. Lo hicieron a bordo de un batiscafo diseñado por el padre del primero, Auguste Piccard.
Tras su aventura, Cameron donó su submarino a la Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), que también ha participado en la expedición del Falkor, aunque todavía no hay planes concretos para llevar a cabo una nueva misión tripulada. Otra expedición de la WHOI con vehículos robóticos está grabando durante las inmersiones en el océano el sonido que emiten las especies que viven en la fosa de las Marianas para investigar cómo usan las señales acústicas en uno de los entornos más extremos del planeta.
DAVID MATEO CANO