A lo largo de nuestro sistema de huesos y extremidades, nuestro cuerpo está formado por distintas articulaciones que facilitan los movimientos: son las encargadas de dar la movilidad y elasticidad al cuerpo. Las articulaciones están recubiertas por cartílago, que hace de “almohadilla” para permitir el roce entre los huesos que se articulan. El dolor en las articulaciones se puede presentar en forma de pinchazos, inflamación, y rigidez. Puede aparecer en muñecas, tobillos, hombros, y pies.
¿Por qué duelen las articulaciones? El dolor de articulaciones o artralgia normalmente está causado por enfermedades crónicas como la artrosis, la artritis reumatoide o enfermedades por depósito de cristales (la gota), y también se ve incrementado en algunas condiciones por aumento de humedad en el ambiente. Suele venir causado en otros momentos debido a traumatismos y golpes. El motivo del dolor en la articulación viene desencadenado por una inflamación de la cavidad articular donde se encuentra una cantidad de líquido que en condiciones normales hace de “amortiguación”. En ocasiones si hay mucha inflamación puede salir líquido de esa cavidad y hacer que la articulación se hinche más de lo debido, provocando a su vez más dolor.
Si el dolor es mecánico, es decir, aumenta con el movimiento, se incrementa la inflamación cuando se mueve y mejora con el reposo, es más característico de la artrosis: un proceso natural de degeneración progresiva del cartílago que recubre los huesos. Esto aumenta con la edad.
Si el dolor es inflamatorio, continuo durante el día, independiente de si hacemos movimientos o no, y se acompaña de enrojecimiento, hinchazón, o deformación, estos signos son más comunes de enfermedades reumáticas inflamatorias, como la artritis reumatoide. Son un tipo de enfermedad causada por acumulación de líquidos en las articulaciones, o bien otras manifestaciones por depósito de cristales microscópicos.
¿Cómo aliviar el dolor articular? En las medidas que indicamos para mejorar los síntomas de dolor se aconseja evitar el movimiento. Con eso facilitamos que se reduzca el roce entre las superficies de los huesos, lo que conlleva una menor fricción y menor “sufrimiento” de una zona que está dañada o inflamada. Para inmovilizar suele ser común el uso de vendajes, rodilleras, muñequeras; y cuando es necesario por dolor más intenso se puede tomar un antiinflamatorio (ibuprofeno) o analgesia (paracetamol) siempre que no haya otras alergias o contraindicaciones. En algunos casos, conviene hacer un estudio más completo para indagar el mecanismo causante cuando vaya a haber alguna distinción en el modo de tratarlo.
Dr. Ángel Luis Laguna Carrero, Especialidad Medicina Familiar y Comunitaria,
Máster Medicina de Urgencias y Emergencias, Experto Universitario en Nutrición y Dietética