«No tengo objetivos que cumplir: tengo sueños que hacer realidad»
ROBERTO BLANCO TOMÁS
Daniel Sánchez Gutiérrez, nacido en San Cristóbal de los Ángeles hace 57 años, se define como “músico, ecologista, padre de San, político, espero que buena persona, amable, educador social y estudiante de antropología, compañero de Inés y de Villaverde”. Actualmente está de gira presentando disco, una excusa perfecta para charlar con él un rato, que siempre es un placer.
¿Cómo empezaste en esto de la música y qué tal te ha ido?
Allá por los 80 del anterior siglo hice los primeros pinitos, e incluso compuse la letra para una canción de un grupo del barrio, Zeus, pero luego la vida me llevó por otros derroteros. Hace nueve años, gracias a mi hija, que quería aprender guitarra, me enganché a aprender yo también, y con otros compañeros y mi maestro, Jesús Martínez, montamos Nunca es Tarde, con quienes giré cinco años haciendo rock del bueno (aún siguen). Luego, con un compañero, Andrés, montamos El Autobús Azul, con la intención de popularizar en castellano temas del repertorio clásico del rock y el pop del pasado siglo, un proyecto más cerca del jazz. Y ahora, no en solitario, porque me acompañan músicos increíbles como Javier de la Morena y Jesús Martínez, pero sí en nombre propio, he dado suelta a mis instintos musicales, y además de grabar un disco (que se puede escuchar en las plataformas digitales poniendo “50 besos” en la búsqueda), he presentado el 2 de diciembre 16 temas propios. Soy feliz en el escenario, pero no es fácil sacar la cabeza para un músico, y menos con 57 años, en un mundo donde parece que solo lo joven es fresco y solo lo comercial tiene aceptación.
Estás de gira con tu disco 50 besos clandestinos. Cantados. ¿Qué encontrarán nuestros lectores en él?
El disco surgió como un relámpago tras leer el libro de mi buen amigo Alfonso Roldán (@alfonroldan) 50 besos clandestinos. Escritos a mano, una bonita historia de besos misteriosos encontrados en un bote de Cola-Cao que surgió como un cuento en Facebook. A partir de ahí musique algunos de esos “50 Besos”, y voilà, ahí tenemos los 50 besos clandestinos. Cantados. Musicalmente es una mezcla de estilos, lógico en alguien que, como yo, lleva muchos años escuchando música de muchos sitios distintos y de muchas influencias. El disco fue grabado y producido por mi amigo Javier de la Morena (@jdlmmusic), sin el cual este proyecto no habría visto la luz, que además me acompaña en los directos.
¿Qué temas te inspiran?
En cuanto a mi forma de componer, soy bastante instintivo: cojo la guitarra y ahí voy. Mis letras las saco fundamentalmente de mis amigos, Alfonso, Aurora, Jaime, y las que son propias son bastante costumbristas: me inspira una grúa de una obra o un calcetín en un tendedero; la vida que pasa delante de nuestras narices tantas veces y tan pocas nos paramos a verla. Dice una de mis canciones “cumple sueños en lugar de cumplir objetivos”, y creo que eso es lo que me guía en la música: cumplir un sueño, no un objetivo. No tengo objetivos que cumplir: tengo sueños que hacer realidad.
¿Cómo es tu relación con Villaverde?
Villaverde es mi vida. He formado parte de varias asociaciones que han trabajado por dignificar la vida de los vecinos de San Cristóbal de los Ángeles en una época muy dura, los años 80, donde nuestros compañeros de colegio morían de sobredosis en el Parque de los Pinos. Ahora colaboro con ASVEYCO para que los más jóvenes aprendan a tocar la guitarra, y además me preocupa mucho todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad ambiental, el cambio climático y la mierda de aire que respiramos en nuestro distrito, y colaboro, desde mi militancia en el PSOE, en cambiar estas situaciones. Todo ello forma parte de mi música y de mis letras, porque la música, tal y como yo la concibo, no puede ser paralela ni estar al margen de la vida, y la vida no es rosa ni gris: está llena de matices y hay más cosas que desengaños amorosos o amores apasionados. Hay que sacar al perro por las mañanas, coger el tren y tender la ropa o hacer la comida.
¿Algún mensaje especial para los lectores?
Solo pedirles que ayuden a los músicos “populares”, porque detrás de cada canción y de cada concierto hay mucho trabajo, muchas horas y días de ensayos para llevarles a ellos un ratito de felicidad.
Daniel Sánchez presenta su disco “50 besos clandestinos. Cantados”