Dr. Ángel Luis Laguna Carrero
Cuando acaba el verano, alcanzamos una etapa del año en la que regresan unas temperaturas más frescas. Las hojas comienzan a caer de los árboles, al igual que nuestro organismo se readapta a un nuevo ciclo que supone para nosotros un cambio adaptativo a una nueva época. Para afrontar esta nueva etapa, es aconsejable aportar a nuestro organismo unas dosis adecuadas de energía a partir de los nutrientes que nos aporta la alimentación.
Puede ser normal sentirnos más cansados, más tristes o con menos ánimo para realizar acciones que antes no suponían ningún esfuerzo. Durante el otoño es importante aportar una alimentación rica en vitaminas y minerales para fortalecer nuestros sistemas de defensa. También es conveniente aportar los carbohidratos (azúcares) necesarios, que nos garantizan la energía para el funcionamiento correcto de todo nuestro organismo a lo largo del día, y acompañarlo junto con ejercicio físico para estar en forma. Un desayuno completo en la mañana resulta fundamental.
Los elementos antioxidantes son clave en esta época del año. Por este motivo, son especialmente recomendables las verduras, las legumbres, los frutos secos, el pescado azul, los huevos, el té y las infusiones. Las verduras se pueden tomar a la plancha o al vapor, nos aportan una gran cantidad de fibra y potasio, sin olvidar el bajo aporte calórico que suponen. Son un plato ideal, y también como complemento para otras comidas.
Por otra parte, los frutos secos cargan nuestros depósitos de minerales y vitaminas. Algunos elementos como el magnesio se encuentran muy presentes en estos alimentos, y nos facilitan plenitud y bienestar en momentos de sensación de baja energía y apatía. También el chocolate es un buen aliado para combatir los síntomas de pérdida de energía que conlleva esta época del año, siendo más aconsejables los chocolates negros de mayor porcentaje de pureza y teniendo en cuenta que nos pueden ayudar a mejorar el estado de humor, lo cual es muy interesante para aquellas personas con ánimo más depresivo.
Por último, no olvidemos añadir pescado, carne y huevos. Las proteínas que nos aportan nos mantienen con una saludable sensación de saciedad y nos permiten el mantenimiento de nuestra masa muscular. El pescado azul (sardina, boquerón, caballa, atún, salmón, pez espada) nos facilita un buen aporte de proteínas, junto con un adecuado aporte de grasas omega-3 que son saludables desde el punto de vista cardiovascular.