Esa mañana Dios jugaba al golf con el Sol lanzándolo de una nube a otra o escondiéndolo durante un buen rato entre edificios grises y yo, ¡pobre de mí!, acababa de tener una...
Y a ti, ¿cómo te escribo
concubino prolífico del Arte
si de tu cuerpo yerto aún trota la Poesía
en un vals circunspecto
con alas de arcángeles cansados
de...