Durante los meses de primavera aumenta la producción de polen por las plantas y distintos tipos de vegetaciones con las que estamos en contacto. Al salir a la calle también podemos estar en contacto con pólenes que flotan por el aire para expandirse, sobre todo si tenemos cerca algún parque o zona con arbustos. Nuestro cuerpo puede reaccionar dando lugar a reacciones alérgicas, puede aumentar la congestión nasal, los mocos, la dificultad para respirar; y puede desencadenar reacciones cutáneas y ronchas en la piel.
Nuestro cuerpo reacciona frente a estos granos que son producidos por las plantas y se desplazan por el aire, son detectados como “extraños” por nuestro sistema de defensas y por eso en algunas personas se generan una serie de reacciones como respuesta a esos pequeños intrusos. El resultado es la producción de histamina, un mediador inflamatorio presente en nuestro organismo y que es causante de las manifestaciones alérgicas.
¿Qué es la histamina?
Es una sustancia química producida por nuestro cuerpo y que es responsable de los síntomas de alergia: aumento de congestión respiratoria, mayor mucosidad, dificultad para respirar por hinchazón de la nariz, picor de ojos, garganta; aumento de pitos en la respiración, y también lesiones en la piel. La alergia tiene un componente ambiental y está muy influida por el tiempo, pero también nuestros niveles de histamina están determinados por una influencia genética de cada persona a presentar la predisposición alérgica. La histamina se encuentra en unos niveles normales en nuestro cuerpo, pero aumentan en ciertas personas produciendo los síntomas característicos.
¿Es necesario hacerse pruebas?
Por norma general, no. Habitualmente todos los tipos de alergia a los pólenes se tratan de un modo muy parecido. Cuando llega la época del año en la que florecen las plantas y coincide con la aparición de los síntomas y duran varias semanas seguidas es muy probable que exista algún tipo de reacción alérgica y que sea debido a las plantas. Pueden realizarse pruebas en algunos casos o si los síntomas son muy importantes, o si existe duda con alergia a algún alimento o medicación; pero en caso de detectarse positividad no suele haber gran variación en el tratamiento si es debido a una especie u otra de vegetación. Por tanto, si los síntomas son tan importantes como para influir en el estado de salud, lo más adecuado es iniciar la toma de unos medicamentos llamados antihistamínicos, siempre bajo supervisión o recomendación médica. En muchos de los casos simplemente basta con esto, pero en otras ocasiones puede ser necesario otro tipo de medicación más potente basado en corticoides o inhaladores respiratorios para tratar los síntomas.