Beatriz Troyano Díaz. Coach personal y profesional
Podemos abrazar por amor, pasión o incluso por odio. El abrazo es una expresión que representa una multitud de emociones y que tiene maravillosos poderes. ¿Quieres conocer algunos?
Reduce el estrés y la ansiedad. Los abrazos y el contacto físico en general reducen la producción de una hormona llamada “cortisol”, que favorece el estrés. Al reducir esto se aumenta la cantidad de serotonina y dopamina, las cuales de inmediato te darán sensaciones de bienestar y tranquilidad.
Mejora nuestras defensas. Al recibir o dar un abrazo, nuestro sistema inmunológico se activa y favorece la creación de glóbulos blancos. Gracias a esto, además de prevenir muchas enfermedades, mejoraremos nuestras defensas.
Beneficios cardiovasculares. Según Karen Grewen, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte, los abrazos con las personas que queremos aumentan el nivel de oxitoxina, y gracias a esta hormona obtenemos grandes beneficios para la salud del corazón y el sistema cardiovascular.
Relaja la musculatura. Los abrazos estimulan la circulación en los tejidos blandos, y gracias a esto se pueden calmar dolencias musculares y liberar la tensión.
Genera confianza y seguridad. Los abrazos nos hacen sentir apoyados y en confianza, con lo que se genera una seguridad que favorece la comunicación tanto con personas cercanas como con las personas en general. Recibir un abrazo antes de cualquier momento importante hará que nos desenvolvamos mucho mejor.
Cuando abrazamos, nos sentimos seguros, especiales e importantes. Nuestra autoestima se alimenta y el amor propio se mantiene.
¿Quién va a ser la próxima persona a la que vas a abrazar?